


Los cazadores están sueltos, dijo el pequeño, miro a su madre y se soltó a llorar, con ese llanto que nada puede contener.
La madre lo recogió dentro de sus brazos y le susurro al oído “ ellos, no te tocaran, aun no es tu momento, no temas, eres un pequeño”.
Su madre sabia que en unos años, los cazadores lo acosarían y le arrebatarían lo mas querido para él.
Aquí, empieza la historia de ellos, los que nunca duermen, los que amenazan con llegar en cualquier momento y quitarnos lo mas preciado. Ellos, los Bounty hunters.