
Un día dijeron que el corazón se llenaba con color, el jade penetro sin miedo y se divirtió corriendo por todo el cuerpo. Vena tras vena infecto con su veneno.
Ese en realidad no podría definirlo como malo o como bueno. Simplemente un veneno que se adueño de su ser.
Intento levantar la cabeza pero se dio cuenta que no respiraba más. Y por sus ojos escapaba ese dulce color jade, con aromas a turquesa.