
La galería urbana entre el frío, las luces nocturnas y una luna que me miraba fijamente, un seguimiento de imágenes cortesía del sr. pingüino, quién soltaba la cámara y me guardaba dentro de esa pequeña cajita.
Debajo nahual y Rodrigo, pintando muros en el interior del edifico para poder liberar ese espacio.
Gracias a estos tres guerreros, pude terminar esta pieza al amanecer.


